miércoles, 30 de agosto de 2000

La Marathón del Nilo 3º Clasificado.




Este es el diario personal de una impresionante aventura, la Marathon del Nilo. La experiencia de participar en una carrera que se desarrolla en países y paisajes muy diferentes y distantes entre sí, a lo largo del norte de España, País Vasco y Egipto. El deporte del ciclismo en condiciones extremas, a través de bosques y desiertos, en una exigente pero maravillosa prueba organizada por Extreme Sport y de la que podrás ver todos los detalles en su página web: http://www.marathondelnilo.com/.



MARATHON DEL NILO
Diario de la mayor aventura de mi vida.
Texto: Javier Camarero
javito_c01@yahoo.es
Fotos: José Antonio Díaz/Javier Camarero
Ring, Ring, suena el teléfono y entre sueños descuelgo el auricular son las 10 de la mañana llevo solo tres horas acostado ya que esta semana trabajo de noche en la fabrica. Al otro lado del aparato, el redactor de la revista "Ciclismo a fondo " me comunica que voy a poder disputar la carrera con la que llevo soñando todo el año con los gastos pagados. Tardo un rato en reaccionar pero en seguida me hago a la idea y comienzo a prepararlo todo. Por supuesto ya no pude dormir.
Como ciclista, primeramente soy carretero. El 80% de mis salidas son con la flaca, unos 10.000Km al año con lo que tengo un buen fondo y algo menos de explosividad. En vista de lo que se me viene reorganice mis éntrenos realizando largas distancias en las horas centrales del dia y con mucha ropa. Tratando de simular las condiciones que encontraría en carrera. Casi tenia tres meses por delante con lo que tuve tiempo de realizar 3 ciclos de tres semanas progresivas con una cuarta de asimilación en medio. Mas la ultima semana de asimilación total. Dispute pruebas cicloturistas como la Quebrantahuesos, Lagos de Covadonga y los fines de semana doblaba el entrenamiento con salidas de 150Km de carretera cada dia.

El miércoles dos de agosto de 2000 comenzaba la Vitoria- Luxor- El Cairo “Marathon del Nilo”. Prueba de deporte extremo reservada a atletas maratonianos de carrera a pie y ciclistas en bicicleta todo terreno. Estando patrocinada por el Ayto de Vitoria/Gasteiz y la diputación de Alava, bicicletas Orbea y el mecenazgo de Marca y Euskaltel. En total serian 11etapas, tres de ellas por tierras Alavesas y el resto en territorio africano recorriendo alguna de las zonas desérticas mas inhóspitas de Egipto .Desplazándonos de norte a sur, remontando el río Nilo en barco hasta llegar a Assuan, desde donde tomaríamos un avión a el Cairo y de vuelta a casa. Mi mujer Miriam me acompañará, con lo que podremos hacer algo de turismo siempre que las fuerzas me acompañen al terminar las etapas. Promesas como esta nos ayudaron a sobrellevar los tres meses de intenso entrenamiento previos en los que apenas nos veíamos a la noche.
Los competidores ciclistas eran de las procedencias mas variadas tres mujeres (una gallega y dos Vascas) y ciclistas de Alemania, Portugal, Suiza, Argentina, Australia, Italia y España. Destacaba la presencia del Italiano Claudio Chiapucci, gran corredor que en los años 1990 y 1992 acabo segundo, en tercera posición en el año 1991 en “El tour de Francia”, detrás de nuestro Miguel Indurain. Asiduo practicante de todas las modalidades ciclistas partía como gran favorito para llevarse la victoria final en la prueba.


LOCOS POR EL DESIERTO ( Por José Antonio Díaz ) Luxor, tres de la tarde. Con 42º grados a la sombra, el taxista Hassan Abu Ali se pregunta qué hacen esos cuarenta y tres extranjeros sudorosos y cubiertos de polvo que se bajan de un montón de vehículos todoterreno en busca de una ducha y una botella de agua bien fría. Para él esto son cosas de "saeh", la versión local de nuestros guiris. A quién en su sano juicio, piensa, se le ocurriría venir hasta aquí para meterse corriendo a pie por el desierto, o lo que es aún más grave, pegando saltos sobre el sillín de una bicicleta que en cada bache amenaza con tirarte al suelo. Hasssan no lo entiende, pero como buen egipcio se muestra curioso por saber el precio de una llamativa bicicleta con cuadro de carbono y frenos de titanio que porta uno de los ciclistas. Casi un millón de pesetas, le digo. Me pide que convierta esta cantidad a dólares y cuando lo hago se le borra la sonrisa del rostro. Ya no le parece tan gracioso que alguien se gaste en una máquina tan insignificante como esa la misma cantidad con la que él compraría seis excelentes camellos. Mientras tanto, policías, curiosos, pedigüeños y niños ataviados con la típica "galabiya" se arremolinan ante el pelotón de atletas que compone La Maratón del Nilo, una prueba de deporte extremo que tras disputar tres etapas en tierras alavesas viajó hasta El Cairo el pasado día 5 de agosto. La bulliciosa capital cairota, que sus habitantes retratan muy bien cuando dicen de ella que será un hombre afortunado quien en el transcurso del día logre atravesar sus calles cuatro veces sin morir atropellado, recibió a la carrera con expectación dedicándole un espacio en sus periódicos y algunos minutos en los informativos de televisión. En El Cairo la carrera iba a conocer una primera etapa en el arenoso desierto de la planicie de Giza, casi a los mismos pies de las pirámides. Para celebrarla, hubo que blindar el recorrido de la misma con un férreo control policial. Y es que la seguridad de los visitantes extranjeros es la principal obsesión de las autoridades egipcias. Todo está en calma, "no problem", te dicen. Parece olvidado ya el terrible zarpazo del terrorismo islámico con su matanza de Deir El Bahari, pero por si acaso la presencia de la policía y el ejército se hace omnipresente en la vida de la sociedad egipcia. En Giza, mientras los ciclistas pedaleaban y los atletas corrían bajo un sol de justicia, el ejército y la policia cuidaban que nadie se les acercara. La pista de 5 kilómetros por la que transitaba la carrera estaba cerrada a los civiles, minada con numerosos "check point" y vigilada con un soldado cada 400 metros mientras que las crestas de cada duna aparecían coronadas por "meharistas", policias camelleros armados con sus imponentes kalahsnikov. Por suerte, el panorama se dulcificó bastante en las jornadas venideras. Abandonada ya la capital egipcia, los arenales pedregosos cercanos a Luxor vivieron un control policial más discreto. Llego entonces la hora de las jornadas más duras, aquellas en las que el calor, los pinchazos y la imponente estampa de la "hamada", el terrible desierto de piedra, empezaron a pasar factura. Claudio Chiappucci, el ciclista italiano del Orbea que fuera gran rival de Miguel Indurain en el Tour de Francia, se mostraba sobrecogido. "El desierto", dice, "realmente me impone. He subido grandes montañas en el Tour y el Giro, pero correr aquí, en esta soledad, sin nada en tantos kilómetros a la redonda, es algo especial. He llegado a pensar que tiene que ser espantoso caerse aquí y que se haga de noche sin que nadie te vea". Por suerte para él, actual líder de la carrera, los accidentes le han respetado. Cosa que no pueden decir muchos de sus rivales, venidos para correr La Maratón del Nilo desde puntos tan dispares como Suiza, Australia o Alemania. Ese es el caso, por poner un ejemplo, de Rudi Thoma un helvético venido de Lucerna, que pinchó en medio de una imponente llanura viendo con impotencia cómo le pasaban otros hombres que antes había dejado atrás... Resignado, el suizo recibió un bidón de agua con sales desde un coche de la organización antes de quedarse solo dado que el reglamentos de la prueba establece que han de ser los propios corredores los encargados de solucionar sus averías mecánicas de carácter leve. Y es que aquí, tanto como las fuerzas vale la suerte. Una mala trazada puede equivaler a una caída, saltarse una señal implica una pérdida casi segura en medio de una enorme llanura desértica y el no saber comer y beber a tiempo lleva a un inevitable desfondamiento que se traduce en la inevitable pájara, esa terrible sensación de vacío que inunda al deportista dejándole completamente exhausto. "En una carrera como esta es fundamental saber beber", dice Félix Cabezas, un prestigioso médico traumatólogo que es el galeno de la Vuelta a España y la Selección española de ciclismo, y que aquí se encarga de velar por la salud de los atletas enfrentados a un medio hostil como pocos. "Las altas temperaturas pueden producir una deshidratación súbita en el corredor que no sepa hidratarse, de ahí que se les recomiende vivamente beber lo suficiente entre etapa y etapa, y procurar alimentarse y beber de forma equilibrada una vez en carrera para evitar sustos. Por lo demás, los padecimientos más frecuentes en una prueba como esta son las rozaduras y calambres musculares en el caso de los atletas y las contusiones por caída y sobrecargas musculares en el caso de los ciclistas". Atletas y ciclistas comparten aquí penurias y desierto. Los primeros afrontan aquí distancias menores que los ciclistas, pero en cambio su trabajo resulta a veces más penoso que el de éstos. Para Iñaki Lopetegui, un guipuzcoano líder de la clasificación de atletismo, "correr en el desierto se hace duro por que hay que soportar temperaturas muy altas y correr por tramos de piedra y arena en los que corres el riesgo de sufrir alguna torcedura de tobillo por pisar. Por suerte, hasta ahora hemos corrido por pistas de arena compactada por el calor y eso es casi como marchar sobre cemento, pero la cosa se complicará cuando lleguemos a los tramos de arena del desierto de Asuán". Para luchar contra estos imponderables cada cual se defiende como puede. Algunos se encintan los calcetines a la pierna con esparadrapo para evitar la entrada de arena y otros se protegen bañándose axilas, ingles y pezones en vaselina para evitar rozamientos indeseados, pero nadie, ninguno, está libre de los imprevistos del desierto, como el que le ocurrió a un atleta madrileño que estuvo más de una hora perdido, buscando las señales que le pusieran en el buen camino, para luego, cuando estaba totalmente desesperado, ver como le salía al encuentro un pequeño pastor de cabras que, con una sonrisa, le ofrecía un manejo de banderolas que había recogido por el camino... Los ciclistas en cambio lo tienen mejor que los atletas ya que pueden cargar con comida y agua y si quieren hasta con una brújula. Juega en su favor la capacidad que tienen de cubrir mayores distancias con un menor desgaste energético. Invariablemente todos aparecen cargados con un impresionante arsenal de artilugios: casco para protegerse de las caídas y del sol; gafas para evitar los rayos UVA y protegerse de polvo y las piedras que levanta el que rueda delante; bicicleta provista con suspensión; un camel-back, o bolsa que portan a la espalda y que contiene de uno a tres litros de agua, enriquecida en ocasiones con sales de sodio y potasio para evitar la deshidratación; y cómo no un espray galvanizante cargado de CO2 para inyectar en la cámara en caso de pequeños pinchazos y evitar tener que desmontar la rueda para proceder a su reparación. Además, algunos son auténticos especialistas en las carreras del desierto, como el veterano Jack Olfield, un australiano fogueado en la mítica Crocodile Trophee. "Allí, el desierto es tan salvaje como este, las temperaturas aún más fuertes y además en algunos ríos por los que se cruza hay cocodrilos. Por lo demás, andar en bici por sitios como éstos siempre requiere una fortaleza interior pareja a una buena forma física. Sabes, cuando tienes un día malo y te quedas atrás, cuando te duelen las piernas o te quedas tirado por un pinchazo siempre piensas que qué cojones haces ahí" . La respuesta a esta pregunta la tiene Juan Carlos Nájera, el organizador de esta Marathon del Nilo, y el único ciclista español que ha logrado terminar la exigente Iditabike, prueba temible como pocas que atreviesa las heladas soledades de Alaska.
"Venir a correr al desierto es venir a enfrentarse con uno mismo, a aprender a ganar, pero también a saber perder. En la etapa de Luxor, Claudio Chiappucci se escapó del grupo con el que venía, pero tuvo la mala suerte de extraviarse en una zona muy complicada llena de zanjas... Volvió sobre sus rodadas y se encontró marchando por detrás de los mismos ciclistas a los que antes había dejado. Había perdido cinco minutos y casi sufre una caída pero al final hasta pudo ganar la etapa. Creo que esto es loque hace diferentes a las carreras como ésta. Aquí estás solo en un desierto lleno de piedras y vacío a tu alrededor. Te das cuenta de lo poco que vales y arriba el sol calienta a 42º . Entonces, cuando superas todo esto, te sientes bien muy bien, tanto que no te lo sabría explicar. Es como si descubrieras que aún siendo pequeño eres muy grande". CUADRO DESPIECEBICICLETAS A PRUEBA DE BOMBAS Cadenas rotas, radios destrozados, y pinchazos, muchos pinchazos. Ese es el parte diario de guerra en lo que atañe a las bajas materiales de un raid por el desierto de la naturaleza de La Maratón del Nilo. Cuesta creerlo pero el precio medio de una de las bicicletas que se destrozan dando saltos y rebotes por estos andurriales ronda las 600.000 pesetas, aunque existen algunos sibaritas que portan auténticos Rolls Royces del desierto que sobrepasan el millón de pesetas. Son bicicletas con cuadros de fibra de carbono cuyo precio ronda las 250.000 pesetas, equipados con suspensiones de última generación y sofisticados sistemas de cambio y frenado de precisión y seguridad impensables tan sólo hace unos años. Pero, como la máquina no lo es todo, es la pericia y la fuerza de su piloto la que termina por decidir el resultado de la carrera. "En este tipo de pruebas hay auténticos especialistas en la conducción sobre piedra y arena", dice José Ignacio Barandiaran, el mecánico de Orbea encargado de la reparación y mantenimiento de las bicicletas en este raid de deporte extremo. "Es gente que controla el manejo de los desarrollos en función del tipo de terreno sobre el que vaya rodando. También he observado que alguno que regula especialmente el hinchado de sus neumáticos, quitándoles presión en las zonas de arena hasta dejarles en 1,8 kg-para evitar que las ruedas se hundan- e hinchando después hasta llegar a los 4 kg, cuando salen a un piso de piedra o tierra dura". Pinchazo y avería. Esas son las palabras malditas en un raid africano en "mountain-bike", y no sólo por la molestia de tener que reparar y perder además tiempo, sino porque aquí no hay sombra donde resguardarse, los bidones de agua que llevas encima se agotan pronto y te desespera mortalmente ver cómo te pasan uno tras otro los rivales a los que considerabas más débiles. Si eres experto, desmontar la rueda, quitar la cubierta, cambiar de cámara y volver a montar no te llevará más de dos minutos, un tiempo importante, pero no imposible de neutralizar en una carrera de estas características. "Lo peor es que se rompa el cuadro", prosigue Barandiarán, "porque eso supone que te quedas fuera de la carrera salvo que haya alguno de repuesto. Lo demás: reventones, roturas de radios y cables son cosa común y poco importante, porque además los corredores suelen ir provistos de un pequeño kit de reparaciones que les permite salir del atasco en caso de pequeñas averías, de lo contrario no queda otro remedio que sentarse y esperar.


1ª etapa

2-08-00 Miércoles La Florida Vitoria

La prologo de esta noche es un circuito de eliminación en el que daremos vueltas hasta que quede solo uno. El circuito es peligroso ya que las dos curvas principales están llenas de gravilla y se deben de tomar pedaleando. Según el puesto obtenido se sacara una renta de 5´´. No es mucho para los cientos de kilómetros que nos esperan. Pero una vez que te metes en faena....Se da la salida y comenzamos a dar pedales, casi sin darme cuenta debido a los nervios, me encuentro a falta de 10 v para el final, todavía en el grupo principal, los gritos de la gente y la velocidad, te animan a continuar apretando y arriesgando mas de lo debido y eso que nos lo avisaron, pero supongo que ese espíritu competitivo que todos tenemos, te empuja a luchar y ya que estamos sudando, vamos a intentarlo. Esto de salir de la curva codo con codo con Chiapucci, oírle respirar y ver como baja un diente en su bici y sale disparado es muy fuerte. Tratar de asimilar todo esto y seguir dando pedales acumula el trabajo en mi cabeza. Acabo la etapa 3º detrás de Chiapucci y Aitor Idigoras un corredor aficionado que también le da al BTT. Esto es superior a mí, pero no debo olvidar que la etapa de hoy no se parece en nada a lo que tenemos por delante. En la entrega de premios más nervios, alegría, creo que esta noche no podré dormir mucho, pero en el fondo sé que es lo que a cualquier deportista le gusta, generar y quemar adrenalina, pero en estas cantidades es una pasada. Damos un repaso a la bici y montamos cubiertas de barro, mañana parece que lloverá. Cenamos el típico menú de ciclista y me acuesto, como me temía, problemas para dormir, trato de digerir el día vivido e intento conciliar el sueño, mañana tenemos una etapa muy dura

2º etapa

3-08-00 VITORIA -LAGUARDIA

Como sé previa, el día amaneció muy nublado unos 12º y en las montañas cercanas se adivina la lluvia. Parece mentira que sea Agosto. Son la 7 de la mañana y aunque quieras, no es uno de esos días en que puedes llamar a tus compañeros habituales de salida y decirles que el tiempo es demasiado duro como para salir a andar y que té quedas en casa haciendo" vida familiar". Hay que vestirse de “Lagarterana” y pedalear.
Bien abrigados comenzamos el tramo neutralizado de 20Km por carretera que nos llevara del Hotel Ruta de Europa al santuario de Estibaliz donde se dará la salida real. Por delante 70Km en los que debemos atravesar dos pequeñas sierras y por ultimo la sierra de Cantabria que nos hará desembocar en la tierra del vino de Rioja, en Laguardia. Comenzamos y empieza a llover; pronto empiezan los ataques, la gente no quiere esperar y en cuanto hay una cuesta aumenta el ritmo del grupo, comenzamos el primer alto el de Okina y de los 35 ciclistas apenas quedamos 5 en el grupo. Chiapucci y Aitor Idigoras se van por delante y por detrás el grupo se estira, me quedo en tierra de nadie ya que no me quiero cebar, al llegar a un cruce no tengo claro por donde tirar, tomo un camino y al rato me doy cuenta que no es el correcto. Vuelvo sobre mis pasos y me encuentro con otros corredores que también dudan sobre el camino a elegir. Continuamos esta vez sí, por el camino adecuado. Me encuentro con una moto de carrera que comienza a realizar el camino por delante de mí, lo que me anima a aumentar el ritmo al no tener que buscar las referencias. Al llegar a final de un largo valle miro para atrás y no veo a nadie, ¿qué pasa? Ni me lo creo. Estoy rodando 3º de la etapa y me siento bien. Tomo un camino que acaba en una zona de zarzas, intento atravesarlas y zas pinchazo. Reparo lo mas deprisa que puedo y vuelvo sobre mis pasos para buscar, de nuevo el camino correcto. Comienzo a remontar debo ir el 8º. Afrontamos la sierra de Jaundel y ya a continuación la sierra de Cantabria con rampas del 10% y tramos muy peligrosos de roca suelta, mientras voy rebasando bikers casi en la cima unos montañeros me dicen que voy 3º a 20´de la cabeza. La ultima parte de la sierra la debo realizar a pie ya que tiene muchas rocas y el firme esta muy mojado. Por fin empezamos a bajar, la senda es un río de piedras que resulta una trampa muy dura para mis huesos, caída, me levanto y sigo. La bici hace un ruidos extraños pero me quedan solo 10km de bajada por lo que trato de no perder la concentración, al rato diviso un ciclista que va muy despacio, al verme aumenta el ritmo pero lo voy cazando. Al final entro a menos de un minuto en meta. Se trata de Aitor Idigoras, me comenta que ha sufrido un bajón Físico por cebarse con Chiapucci y que casi no llega a meta. Esto no es muy normal soy el primer sorprendido de mi rendimiento. En la meta mis padres y mi mujer, abrazos y sonrisas esto es un sueño que no se como acabara. El resto de corredores van llegando a meta con una diferencia máxima de casi dos horas. Lo que nos da una idea de la dureza extrema de la etapa.

Visitamos el amurallado pueblo de Laguardia que esta situado en una colina rodeada de viñedos por todas partes. Nos llevan a comer a Villa Lucia, en las afueras de pueblo. Un lugar idílico decorado rústicamente, donde nos dieron de comer y beber de un modo que recordaremos durante el resto del viaje.

Por la tarde en el hotel de Vitoria damos un repaso a la bici y el mundo se me cae encima. Compruebo que el ruido que hacia la bici durante la etapa no es por tener la dirección suelta. El cuadro esta rajado, creo que no voy a poder rodar por la arena de Egipto. El resto de corredores se acercan al mecánico de Orbea con pequeñas averías, yo les miro y les envidio, la carrera termino para mí. Intento buscar una solución que no llega. Ixio el mecánico de Orbea se pone al habla con la fabrica tratando de buscar un cuadro de mi talla y que este pintado. Esta es la parte difícil ya que Orbea pinta sus cuadros a la carta. Por fin encuentran uno de mi talla de acero Columbus Nemo listo para montar. Cogemos el coche y mi rota bici camino de Mallabia a la fabrica de Orbea. En un tris tras desmontan mi bici y montan los componentes en el nuevo cuadro. Ajustamos y probamos todo; vamos a Vitoria. Son las 11 de la noche y no queda nadie en el comedor, todos están acostados. Nos dan de cenar mientras Ixio comprueba que la bici esta correcta. Vamos a descansar mientras comento con mi mujer lo largo que ha sido el día. Como el resto del Rally sea así fijo que no llego a el final. Intento dormir mientras por mi cabeza pasa la película del día, demasiadas emociones para un hombre tranquilo como yo. Por fin..... el sueño.

3ª etapa

3-08-00 Jueves Pantanos de Vitoria


Etapa corta la de hoy; mejor, pienso por dentro esto de estrenar bici en carrera es algo que no me hace especial ilusión. Mientras realizamos el tramo neutralizado intento acostumbrarme a la bici y sus reacciones, parece que es algo más lenta de dirección que la mía, pero nada grave. Se da la salida y la historia se repite Chiapucci y Aitor por delante, miro para atrás y una jauría de corredores me acosan. Esto es más normal, el ritmo es muy rápido y con solo 25Km de etapa la gente va a muerte. La etapa se disputa en las inmediaciones del pantano de Ulibarri cerca de la localidad de Landa. Frío, lluvia y bastante barro para la época fue lo que nos encontramos. El paisaje era de un verde intenso que contrastaba con lo que nos depararían las etapas africanas. Al final acabé 3º al esprint con el rápido Gerard Bosch, corredor con el que tanto me tocará luchar el resto de las etapas. ¿Que tal la nueva bici? Me preguntan. Es verdad, ni me acordaba, esta es la mejor señal. La Orbea ha funcionado a las mil maravillas. Parece que estoy abonado al 3º puesto, pero ahora mismo firmo por mantener esto hasta el final. Comienzo a pensar en como aguantaré en las etapas de Egipto y si esta situación durara mucho más. Mañana tenemos un día largo con viaje en bus a Madrid y luego vuelo a El Cairo.



El viaje

Sábado 4/08/00



Parece mentira pero un autobús y una sala de embarque dan para mucho. Las largas horas pasan rápidas mientras comenzamos a intimar comentando las etapas pasadas y como no, hablando de bicis. Mi mujer Miriam parece que también comienza a trabar amistad con el resto de acompañantes. En pocos minutos hemos formado unos grupos de animada conversación.
Es la 1 de la madrugada, por fin entramos en la habitación del lujoso hotel de 5 estrellas de El Cairo. Miramos por la ventana y la vista es de postal, las pirámides iluminadas nos miran con la benevolencia que dan sus 5000 años de vida. La ciudad y "el progreso" va engulléndolas poco a poco. Este lugar es maravilloso, pero estaría mejor si la meseta de Gizza estuviese en medio del desierto sin hoteles ni turistas acosándola a diario. Me quedaría mirándolas toda la noche pero mañana tenemos etapa y debo descansar. De día las veré mejor, ahora hay que dormir.


4ª etapa

6-08-00 Domingo Circuito de Giza pirámides

Por fin rodaremos en Egipto, me despierto contento y animado. Bajamos a desayunar y me siento un Maraja, todo lo que se me ocurre lo tengo a mi disposición frutas, tostadas, tortitas, tortilla, salchichas... la verdad que esto de extreme tiene muy poco. Al salir a la calle primera sorpresa, una bofetada de calor me golpea; son las 9 y la temperatura se acerca a los 30º. No quiero pensar que será dentro de un par de horas.

Al adentrarnos en tierras Africanas el Staff de la organización aumenta hasta 35 ademas de una dotación policial de 2 soldados, un suboficial y un oficial . Así como pequeñas dotaciones del ejercito. Que nos acompañarían durante nuestra estancia en la capital así como cuando nos adentremos en zonas donde el integrismo Islámico este mas presente. Nos llevan en convoy a la parte de atrás de las pirámides, son apenas 4Km desde el hotel y los turistas nos miran con sorpresa. El circuito es una mezcla de pista rápida con arena y algo de asfalto. Pero lo mejor es mirar alrededor. Un soldado cada 75m nos definen el perímetro del circuito y luego 100m hacia el exterior otro cordón policial de "Meharistas", policías camelleros armados con imponentes kalahsnikov. Me dicen que es para protegernos de cualquier ataque exterior, un simple incidente en una carrera de este tipo tendría gran repercusión exterior. No hace mucho, tirotearon a un grupo de alemanes en Deir el Bahri, cerca del valle de los reyes. La verdad es que no se ve a nadie y eso que estamos en a la zona más turística del Cairo. El calor comienza a ser insoportable. Como el circuito es corto tenemos que dar un montón de vueltas, el ritmo se incrementa todo el mundo quiere recuperar tiempo aunque es difícil meter grandes distancias. El aire té reseca la boca, agoto mi agua rápidamente, esto no es como rodar por mi tierra. Los soldados te miran con sorpresa, mientras sufren al igual que nosotros el sol abrasador, alguno me pide que le des el botellín. Por fin acaba la etapa. Gana Chiapucci al sprint, yo pierdo algo de tiempo pero no demasiado. Rápidamente al hotel. Tenemos que embalar las bicis y tomar un avión a Luxor. Comemos a todo lujo, va ser difícil que se supere este nivel, bañito en la piscina y vamos hacia el aeropuerto.

El Cairo es un gran poblado de 17 millones de habitantes donde no hay leyes, al menos escritas. El seguro de automóvil no es obligatorio, circular con luces por la noche tampoco, las anchas avenidas no tienen carriles definidos y los pocos semáforos que llegue a ver cumplen una función decorativa. Compartimos la calle con carritos tirados por pequeños burros, motos con tres personas sin casco y camiones cargados hasta límites insospechados. El autobús que nos lleva impone la ley del más fuerte, al llegar a un cruce o en alguna rotonda, esto es impresionante. Unos niños montados en un burro le azuzan sin piedad para mostrar su dominio, al sentirse observados desde el autobús. Creo que ya se en que no me gustaría reencarnarme en mi próxima vida. A pesar de las imprudencias que vemos, nadie se enfada, solo las bocinas de los coches suenan incesantemente como si de un rito diario se tratase. Aunque el vehículo que lleve tenga mas de 40 años es la propiedad mas preciada de un cairota. Las casas, todas sin terminar, sin lucir las paredes, sin ventanas y lo más sorprendente sin tejado y con las bases para comenzar a construir un nuevo piso encima. De este modo no pagan contribución al estar sin acabar la vivienda y cuando tengan dinero suficiente pueden construir el piso de encima. Eso si, parabólicas y aparatos de aire acondicionado prácticamente en todas las casa. Nos acercamos a la zona residencial del presidente Naser, aquí todo cambia, aceras limpias y lujosas verjas delimitan el mundo de los ricos de la cruel realidad. Los Clubes militares también nos llaman la atención, son un lujoso getto. Reactores de Guerra junto a tanques y baterías lanzamisiles pretenden recordar al pueblo la fuerza que tiene el país. Esto es una constante en el tramo final que nos lleva aeropuerto. Carteles propagandísticos del régimen adornan la ciudad.

El avión que nos lleva a Luxor sale con 2h de retraso, al conocerlo agotamos las reservas de bocadillos y patatas fritas del bar. Mientras yo interrogo a Claudio sobre sus años de profesional, comentamos carreras concretas y él disfruta contándome detalles de éstas. Hablamos sobre los entrenamientos que realizaba; de las temporadas tan largas en las que encadenaba carretera con ciclocros y en las que podía ganar carreras en cualquier fecha. Ahora ya no es posible, los pros se entrenan para rendir a tope en una fecha concreta y resto de la temporada apenas se dejan ver. Los segundos del equipo se preparan para estar bien a principio de año o bien al final de la temporada. El ciclismo ha cambiado muchísimo en estos años. Él realizaba mas de 40.000Km al año y estima en unos 800.000 los que puede tener acumulados en sus piernas. Este año lleva unos 20.000 y se encuentra 2 Kg. por encima de su peso. Viene de realizar el Tour de Francia con unos cicloturistas americanos, visitando lugares míticos que el ha vivido en 1ª persona. Me siento afortunado de estar aquí compartiendo conversación con Claudio.

5ª etapa

7-08-00 Lunes Luxor Colosos de Memnón

Una vez en Luxor, la antigua Tebas que fuera capital del imperio en la época de su mayor esplendor (XVIII dinastía). Partimos de la orilla Izda del Nilo hacia el desierto occidental. Un desierto muy especial , en realidad era un mar de polvo y piedras (La Hamada). Que castigaría en forma de pinchazos al grupo ciclista. La salida se da desde los colosos de Memnom, vestigios del antiguo templo de Amenofis del que hoy en dia nada queda. Se trata de dos moles de piedra de 16.6m que se sitúan cerca de la entrada hacia el valle de los reyes viniendo desde el Nilo. En la ultima zona verde antes de adentrarse en la Hamada. Fueron reconstruidas por algún emperador Romano y en la actualidad están bastante cascadas. Nos cuentan que antiguamente al soplar el viento una de las figuras silbaba acrecentado su misterio.

Primera etapa de desierto de verdad, que tiene infinitos bancos de polvo en los que las ruedas se hunden y es muy difícil mantenerse vertical. El grupo de cabeza con Chiapucci y Aitor tiran a muerte yo poco a poco voy perdiéndoles rueda, ya que los bancos de arena resultan una trampa mortal. Trato de no perderles de vista pero manteniendo un ritmo que me permita terminar entero. El camelback (mochila dotada de una bolsa con agua) es un gran aliado resulta muy cómodo poder beber sin soltar las manos del manillar. Ante lo duro del camino pruebo a circular junto a éste y realmente el piso es más firme y a pesar de las piedras que hay que esquivar el resultado es satisfactorio. Por primera vez me veo solo en la inmensidad, la sensación es muy desagradable. Trato de mantener el rumbo de la ultima baliza fijándome referencias lejanas en las montañas que forman el valle de los Reyes. Al llegar al siguiente pueblo no veo banderas por ningún sitio, de repente unos niños me saludan con tres de ellas, les pregunto por el camino correcto y por supuesto no me entienden. Me dejo llevar por mi intuición y tengo suerte, unos Kms después vuelvo a ver una baliza de carrera. Por fin entramos en meta, al preguntar por Gerard Bosch, mi más directo rival, me dicen que no ha entrado en meta. Unos minutos mas tarde llega bastante enfadado, se ha perdido y ha tardado bastante en encontrarlas indicaciones de la carrera. Una vez más la suerte manda y la carrera demuestra que puede pasar de todo. Entrábamos en la parte mas dura de la prueba. El día comenzaba a las 4 AM con un desayuno y a las 5 estabamos preparados en el embarcadero para dirigirnos hacia la salida. Pero misteriosamente los Oficiales de Policía vetaban nuestra circulación hasta no antes de las 7:30 o 8:00 de la mañana. Esta situación de tensa espera sacaba de los nervios a más de un corredor. Ya que en este tipo de pruebas hay que descansar el mayor tiempo posible y nosotros no nos acostábamos antes de medianoche después de briefing de la etapa. Además, cuanto mas tarde saliésemos mayores serian las temperaturas a soportar. Extraoficialmente nos enteramos de que no querían que nadie de la caravana circulase hasta que no fuese de día para evitar cualquier tipo de riesgo terrorista.

6ª etapa

8-08-00 Martes Colosos de Memnón (valle de los reyes)


Son las 4 de la mañana y suena en teléfono que nos despierta, bajamos a desayunar y muy pocos tienen ganas de hablar. No son horas de nada, pero bueno esto ya lo sabíamos al principio. Me comentan que la leche que nos sirven es agua con polvos por lo que me abstengo de tomarla por temor a problemas digestivos. Un poco de café y cereales con algún bollo completan mi desayuno. De nuevo mas de dos horas esperando el OK de las autoridades en las que intentamos relajarnos al máximo y no perder la calma.

Nos montan en las furgo y atravesamos un puente controlado por militares fuertemente pertrechados. Aquí por las noches hay una especie de toque de queda en las zonas turísticas y se controla al personal que trata de moverse. Las bicis viajan delante en un camión apiladas una contra la otra, me acuerdo cuando en casa revisaba y limpiaba casi de modo paternal cada esquina de mí maquina. Debido al poco material para balizar que queda, se acuerda que el recorrido se hará ida y vuelta por el mismo camino a lo largo de un gran valle coincidiendo en gran parte con el recorrido del día anterior pero acercándonos mas a las montañas calcinadas del valle de los Reyes. Tomamos la salida y de nuevo el ritmo es alto para mí. Intento no perder comba mientras busco con la mirada la senda más cómoda observando por donde pasan los del grupo de cabeza. Aguanto junto a ellos casi hasta la mitad del recorrido ya que al pasar por un banco de arena me hundo y caigo, debo caminar para salir de el, el retraso es de medio minuto pero no me desanimo hay que continuar. Pasamos el control y media vuelta, observo al grupo mientras trato de no perder tiempo. El pulsometro marca 160ppm pero las piernas no dan mas de sí, son varios días y eso el cuerpo lo nota. La etapa es peligrosa, los continuos cambios de terreno nos hacen caer al pasar de una zona dura y rápida en la que circulamos a mas de 25Km/h a hundirnos en bancos de polvo que provocan peligrosas caidas por encima del manillar. Entro a meta y he perdido el 3º puesto ahora soy 4º en la general. Visto como va la gente debo administrar bien el tiempo de ventaja y no desfondarme, hay que acabar la carrera lo mas entero que pueda. Quizás deba de cambiar la táctica y ser más conservador.


7ª etapa

9-08-00 Miércoles Esna Edfu


Etapa larga y complicada la de este día. Todos andamos tocados con las diarreas, Aitor parece que no va terminar la etapa, se encuentra realmente mal. Apurando 5 minutos antes de la salida la mayoría del grupo busca un lugar donde hacer sus necesidades. Yo también tengo descomposición, pero parece que con los” fortasec” que tome esta casi cortada. Físicamente no estoy tan mal como el resto así que me animo.

Se da la salida y como todos los días, se sale disparado, Claudio y Antonio Gómez salen por delante, Gerard y Leandro van detrás de ellos. Yo no salgo tan deprisa como otros días y no fuerzo, me junto con José Luis Roa y Jack Oldfied, el australiano. Alcanzamos a Gerard y a Leandro pero hoy no están bien, luego me confesarían los graves problemas de estomago que arrastraban. José Luis pincha la trasera y se queda. Solo estamos Jack y yo, por delante tenemos 48 Km siguiendo los dos tendidos eléctricos de 30.000 Voltios, paralelos que vienen desde la presa de Aswan para suministrar electricidad a todo Egipto, la pista de Mantenimiento de la instalación es un continuo tobogán que a veces desaparece devorada por alguna duna. Cruzamos unas palabras, el entendimiento es total. Vamos relevándonos y el ritmo es bueno yo ruedo por debajo de mi umbral, si todo sigue así igual recupero el 3º. El viento pega de espalda y facilita el rodar, las cosas cambiarán cuando dejemos el tendido y tengamos que volver hacia el este en busca Nilo. Avistamos el avituallamiento, Jack para a llenar su Camelback. Yo tengo agua todavía, así que pararé en el próximo. Bajo el ritmo y Jack me alcanza. Los relevos se hacen más cortos, el viento pega muy fuerte y esto es desierto puro, alguna zona de piedras pero sobre todo arena endurecida por el sol. Jack tiene las ideas claras y me indica por donde pasar. Anoche me comentaba que entrena 6 días por semana rodando un mínimo de 4h por desierto y pista rápida, vive en el centro del continente australiano así que terreno no le falta. Ha acabado varias veces la prestigiosa carrera “Cocodrilo Trophy” en el continente Australiano. Me dejo guiar y no falla una. Conseguimos pasar el tramo de desierto sin apenas tener que bajar de la bici. En una duna a lo lejos se divisa un perfil, a medida que me acerco veo que es Patxi el de la "Cooperativa San Miguel" de Vitoria. Nos hace señas tratando de indicarnos el mejor camino a seguir. Al pasar a su lado nos ofrece agua fresca que yo tomo y me da muchos animos, una sonrisa cómplice y a seguir pedaleando hay que vaciarse en este final de etapa. Por fin llegamos al asfalto, son 8Km de una carretera sin trafico. El golpe de calor es brutal la temperatura sube a unos 45º. Pasamos a los atletas de a pie que están terminando su etapa (ellos recorrieron solo él ultimo tramo). En el asfalto a pesar del viento en contra rodamos a mas de 35Km/h, a lo lejos veo las banderas de meta, un esprint y entro 3º. Tomamos agua fresca y nos fundimos en un abrazo Jack y yo. Ayer casualmente chapurreaba en ingles sobre entrenamientos y hoy sin embargo hemos compartido mas de 5h de camino agónico juntos. Nos hemos relevado y una extraña sensación nos hace sonreír y felicitarnos, extrañamente me siento mucho mas cercano a el. Comienzo a mirar el reloj para ver cuanto tarda en llegar Gerard, hay que recuperar muchos minutos todavía. Al final llega con Fredy el suizo han sido 14 minutos y Aitor ha abandonado al comienzo de la etapa, así que me coloco 2º en la general en un día en el que no me he empleado a fondo. No es una manera bonita de adelantar puestos en la general, pero pienso que mañana puedo ser yo, el enfermo. Esta es la mejor parte de mi sueño egipcio.

En el camarote del barco después de comer algo mi cuerpo entra en esa parte del sueño tonto que te da después de una larga etapa. El cuerpo es sabio y trata de aprovechar cualquier minuto para dormir un par de horas de siesta de las que me despierta Miriam para preguntarme si tengo ganas de hacer turismo. Me quedaría aquí tumbado hasta mañana pero me fastidia perderme esta parte turística del viaje. Por la tarde visitaremos el templo de Edfu. Tenemos 35º en la terraza del barco, el aire abrasa la ropa que acabo de lavar. Creo que tardo 15´en secarse. Solo apetece quedarse en la habitación con al aire acondicionado a tope. Pero puede que esta sea mi ultima oportunidad de conocer este país. Miriam, mi mujer tiene ganas de salir y ver también el bazar así que salimos a la hora acordada con el resto para hacer la visita de rigor. En el mercado, los egipcios adivinan tu nacionalidad para a continuación bombardearte con nombres o palabras en español que conocen. Si, mi mujer no para a echar un vistazo le dicen "España tacaña" mientras les damos la espalda. Son realmente pesados pero cuando el hambre aprieta el ingenio se agudiza, y los precios a los que te venden las cosas no dejan de ser ridículos para un europeo, así que algo compramos.



8ª etapa

10-08-00 Jueves Edfu Kom-ombo



La etapa de hoy coincide en su recorrido con la parte final de ayer para luego continuar hacia el sur. Mi idea era la de conservar el puesto pegándome a Gerard. En la salida unos chacales se acercan, los militares no dudan y toman un Land Rover para perseguirlos. Se da la salida y el grupo de cabeza se va por delante. Me voy quedando atrás, el terreno por el que rodamos es él mas pesado de lo que va de carrera, la arena esta muy blanda y continuamente debo bajar de la bici para pasar dunas. Circulamos por la pista de Darfura, que aun hoy en día sirve como transito a las caravanas de camellos procedentes del vecino Sudan. El camino se encuentra minado de esqueletos que aumentan la sensación de tétrica aventura. Me voy agotando por momentos, y me rebasan muchisimos corredores. Además para colmo de males nos sumergimos en una tormenta de arena, que afortunadamente no duro más allá de media hora. Es con diferencia, mi peor dia en África, en eso me alcanza Javier Antunez que me dice que deshinché más las ruedas para rodar mejor. Paro y deshincho, todo cambia y comienzo a rodar mejor, cojo a Javier y juntos acabamos la etapa. Lastima que lo de las ruedas lo hiciera tan tarde, he perdido mucho tiempo, unos 20´´ por lo que ahora soy 3º en la general a 17´ del 2º. Tengo mucha rabia interior. Esto es inexperiencia pura y no volverá a pasarme, pero así son las carreras. En la meta vemos lo mal que lo pasa Luis Roa, un Gasteiztarra que hoy acabo segundo en la etapa, después de dar mas de lo que debía, agotado y deshidratado. Se retuerce de dolor por los continuos calambres y espasmos que sufre. El doctor Felix Cabezas trata de recuperarlo con sales y glucosa para equilibrar su cuerpo.


9ª etapa

11-08-0 Viernes Kon-ombo Aswan



Otro día más desayunado a las 4:30. El cansancio es el dueño de mi cuerpo y solo tengo ganas de tumbarme en la cama, además la salida se dará en la gigantesca duna que terminamos ayer, con lo que el primer Km. se hará empujando la bici. Salida todos a pie buscando el camino más cómodo a la cima. Una vez que llegamos a la cima podemos rodar y las sensaciones cambian. Que diferencia respecto a ayer, hoy las ruedas con poca presión facilitan enormemente el rodar. Antonio y Claudio marchan para adelante, Michel Cano sale detrás yo les sigo junto a José Luis Roa. Miro para atrás y Gerard el 2º de la general no viene. Son 17´ la ventaja a recortar, es muchisimo tiempo pero hay que intentarlo. Cuando llegamos al Km20 giro a la Izda y tomamos una ancha senda de más de 100 m donde la pista hace eses buscando siempre el camino más favorable. Hay zonas en las que te hundes y hay que empujar la bici, el camino normalmente es lo que peor esta, ya que del transito de los 4*4 crea trampas de arena que en la bici son insalvables. José Luis y yo, no coincidimos en nuestra elección y realizamos mas de 25Km en paralelo separados unos 50m de distancia a lo largo del camino. Nos acercamos y nos separamos según las sendas que tomamos, el ritmo es alto y no viene nadie por detrás. A lo lejos se ve algo. Son la cabeza de carrera Claudio, Antonio y Michel, nos acercamos a ellos cuando Claudio nos ve llegar pega un tirón y deja el grupo. Yo bastante tengo con recuperar la respiración. Terminamos la zona de arena con una desbandada total, todos hemos elegido un camino distinto así que alcanzamos la carretera con unos 50m de diferencia. Soy el primero en cogerla e intento irme solo pero Antonio rueda fuerte y me alcanza. Juntos hacemos los 10Km de asfaltó (donde la temperatura se eleva a 43º) que llevan a meta, hago 2º en la etapa. De nuevo debo mirar el reloj para calcular las diferencias, al final son 14´ el tiempo con Gerard. Todavía le sobran 3´minutos en la general y mañana es la última etapa peligrosa. Hoy debido al calor muchos corredores han tenido problemas médicos. Michel Cano es uno de ellos, sufre un golpe de calor y pierde el conocimiento. Tratamos de reanimarle y bajarle la temperatura corporal. Hielo en las axilas y en cuanto recupera la consciencia bombas de Glucosa. Pero se nos vuelve a ir....momentos muy tensos en los que eche de menos al doctor que se encontraba atendiendo a unos de los Atletas de a pie. Al final tuve que irme con el a Aswan en ambulancia donde ya si comenzó a recuperarse. Ante la magnitud de los problemas físicos del personal, la organización determina cambiar los 130Km de la etapa reina demañana por una contrareloj de 20Km. Una pena ya que en 130Km teniendo otro dia bueno si que se podia dar otro golpe en la general. O quizás perderlo todo, también. Pero en una contrareloj de 20Km o pasa una desgracia o apenas cambiaran las cosas.


10ª etapa

12/08/00 Sábado Contrareloj Aswan ª



Ultima etapa seria de la carrera, la distancia es corta como para recuperar esos 3´de diferencia además tengo 10´al 4º de la general. Decido no hacer el tonto y no apretar demasiado, una caída daría al traste con todo lo luchado hasta ahora. De salida tampoco encuentro el golpe de pedal. El circuito es muy rompepiernas con lo cual es muy difícil coger ritmo. Al llegar a la duna donde dábamos la vuelta Gerard me coge y me pasa, el esta pletórico hoy y no quiere correr riesgos. Yo intento no desfallecer y terminar entero. En meta las clasificaciones siguen igual. Esto se acaba.
Durante la comida pruebo de todo, después de una semana de restricciones por temor a más diarreas pruebo las ensaladas, postres etc. Todo un lujo, pero no hay peligro, la etapa de mañana será un tramite para la general.

11ª etapa

13/08/00 Domingo Pirámides de Giza

Ya desde los primeros días se hablo que en la ultima etapa no habría ataque hasta la ultima vuelta y así es. Todo el mundo charla y esta animado, sabemos que esto se acaba y eso no reprime a algúno del grupo como Rafa, que ensaya canciones para celebrar su entrada en meta. Todos esperamos el momento de finalizar, que no es poco y yo para celebrar un puesto que para nada me esperaba. En el podio, es la locura, subir ahí junto a Claudio recibir el trofeo y los aplausos es algo difícil de explicar. Por un pequeño instante me siento importante. Ahora es el momento de las fotos para el recuerdo. Nos las hacemos junto a toda la gente con la que hemos entablado una especialisima e inolvidable amistad durante la carrera.

Luego, por fin la visita a las pirámides. El primer día casi no me dio tiempo a observarlas, cierro los ojos he intento imaginarlas hace 5000 años cuando miles de esclavos las levantaron bajo las ordenes del faraón de turno. Extraña situación esta, 50 occidentales se dedican a correr a 45º de temperatura bajo un sol de justicia, mientras otros cientos se afanan en sacarse una foto con las pirámides detrás, cerca de algún nativo que te ofrece su camello para que des un paseo y culmines ese rito de sentirte uno de ellos. Aunque en unos días volveré a mi confortable casa, para conducir mi coche y gastarme el dinero en tal o cual capricho, dinero con el que toda una familia Egipcia podría vivir durante mas de un mes sin problemas. Entramos en una de la pirámides, por dentro me defraudan un poco, un pequeño pasillo conduce a una sala central donde en su día estuvo alguna momia de faraón. La verdadera grandiosidad esta fuera y consiste en acercarte a la base y ver como se trata de miles de cubos de piedra de mas de 1.5m de lado uno encima de otros y que realmente me hacen sentir pequeño y pasajero.



Javier Camarero
Javito_c01@yahoo.es



Clasificaciones finales:

BTT

1º Claudio Chiapucci (Orbea)
2º Gerard Bosch (Noweld)
3º Javier Camarero (Ciclismo a fondo)

CARRERA A PIE

1º Iñaki Lopetegui
2º Arkaitz Iturrondo
3º Javier Medrano





Mi relato personal:

http://www.amigosdelciclismo.com/rutas/extranjero/marathondelnilo/home.htm


MIGUEL ARIZ - PamplonaLos 35 participantes de esta prueba egipcia compitieron durante trece días, del 2 al 15 de agosto, tras los que Javier Camarero alcanzó el tercer puesto. El navarro se mostraba satisfecho de su actuación. "Conseguí mucho más de lo que pensaba. Había muchas etapas, grandes competidores, averías, pinchazos... Llevaba año y medio entrenando, pero no esperaba quedar tan bien". Camarero reconocía que era el mayor éxito de su carrera. "Es mi victoria más importante. Practiqué el ciclismo de carretera hasta los 19 años, y hace un par de años (en la actualidad tiene 30), comencé a entrenar de nuevo".El navarro también tuvo tiempo de visitar Egipto. "Es una carrera enfocada a hacer turismo, y por ello casi todos íbamos con nuestras mujeres". Eso sí, durante la prueba, nada de pirámides ni sarcófagos. "El recorrido estaba lejos de los edificios históricos, el turismo lo hacíamos fuera de la carrera"."Había muchos ciclistas aficionados de carretera y también personas de mi estilo, de 30-35 años, que andan en bici y que habían participado en maratones similares en el Atlas, Marruecos, etc. El único corredor conocido era Chiapucci, que estaba en plena forma, con sólo dos kilos por encima de su peso. Él sigue relacionado con el ciclismo, y venía de hacer el Tour de Francia con un grupo de cicloturistas, y me dijo que llevaba hechos casi tantos kilómetros (20.000) como cuando era profesional", explicaba Camarero, que también comentaba que Il Diavolo "me comentó que tenía manía a los navarros por su coincidencia con Indurain, que no le permitió ganar demasiadas carreras".Que la Maratón del Nilo haya estado dominada por los españoles (el catalán Gerard Bosch fue segundo) tiene su explicación. "La organizaba una empresa vitoriana, y por eso la mayoría de los ciclistas éramos españoles, junto a algún australiano, suizo o argentino".Problemas de orientaciónLas condiciones en las que se desarrolló la prueba fueron duras, como las de toda extreme, y por terrenos de todo tipo: pistas rápidas, rocas, arena, atravesando el desierto. "Había tramos en los que la bici se hundía en la arena y teníamos que avanzar a pie". Además, el desierto hacía necesaria una buena capacidad de orientación para no perderse. "Había momentos en los que no había señalización y nos guiábamos siguiendo el tendido eléctrico durante igual 50 kilómetros. Incluso veíamos esqueletos de camellos y algún chacal. Un día se nos echó encima una tormenta de arena y mucha gente se perdió. Además de orientación -añadía Camarero-, hacía falta tener intuición, porque era fácil coger una ruta equivocada, a veces, por puro agotamiento".Y como todo desierto que se precie, tampoco éste escapaba del calor. "Había días en los que llegamos a rodar a 42 grados, pero el calor es distinto al de aquí, porque es seco y no te hace sudar. Es una sensación muy extraña, porque por mucha agua que bebas no sudas y, en una carrera larga, cuando dejas de sudar te preocupas porque piensas que te puedes estar deshidratando, y piensas que tienes que beber rápidamente".La adecuada preparación física era imprescindible para afrontar la ronda egipcia. "Este año había hecho 10.000 kilómetros en carretera, y en los últimos meses, etapas largas de mountain bike: me fui de Pamplona a Logroño (ida y vuelta) por el Camino de Santiago. Son etapas para acostumbrar al cuerpo a estar cinco o seis horas sobre la bici y por caminos".Debido a la dureza de la competición, muchos de los particpantes no pudieron completar el recorrido hasta el final. "Se retiraron bastantes, sobre todo por problemas digestivos derivados del cambio de alimentación, del agua que te dan, que es muy peligrosa".Los egipcios y la seguridadLo que más le sorprendió a Javier Camarero de lo que vio en Egipto fue el carácter de la gente. "Allí todos son muy parsimoniosos, muy lentos para hacer las cosas. Para lo que aquí hacen dos personas, allí necesitan ocho. Además hay que luchar contra la burocracia de la policía y el ejército. Tienen la obsesión de proteger al turista, que es su mayor fuente de ingresos, y por ello estábamos en todo momento escoltados por la policía para que nadie se nos acercara. En El Cairo nos pusieron en un circuito con policías cada 100 metros; parecía que estábamos en un campo de concentración".En su carrera egipcia tampoco podía faltar una excursión a las pirámides. "Me llamaron mucho la atención los templos y las ruinas egipcias. Parece mentira cómo han aguantado tanto tiempo, y cómo sólo con gente, sin máquinas, pudieron construir todo eso." Camarero ya piensa en el destino de su próxima competición. "Ya me estoy enterando de otras pruebas que hay por ahí y no creo que repita ésta, porque ya conozco el país y la carrera. Hay otras en Libia y Australia parecidas o más duras, y me gustaría correrlas".Sus próximas metas se resumen en una palabra: descansar. "Llevo pedaleando desde enero y me quiero dedicar a la familia".



Carrera y aventura por Egipto El navarro Javier Camarero narra su experiencia en la Maratón del Nilo
J.J. IMBULUZQUETA. PAMPLONA.
Compaginar sus vacaciones con la práctica de su deporte favorito: el ciclismo. Esa es la idea con la que el pamplonés Javier Camarero, de 30 años, se lanzó a la aventura de la primera edición de la Maratón del Nilo para mountain bike, con recorrido Vitoria-Luxor-El Cairo.
Ahora, después de 12 etapas, cerca de 1.000 kilómetros entre dunas y con tres kilos menos de peso que recuperar, este aficionado navarro recuerda anécdotas de este viaje, en el que, al final, consiguió el tercer puesto por detrás del italiano Claudio Chiapucci y el catalán Gerard Bosch, segundo entre los 35 inscritos.
Un cerco policial de escolta
Camarero, acompañado por su mujer Miriam Alli, quiso aprovechar la oportunidad y además de competir "por caminos rápidos con piedras y por la arena, blanda y dura, del desierto" hizo turismo por Egipto. "Fui más por la experiencia y para conocer. Por eso, aunque acababa reventado, por las tardes veía los templos y las pirámides", señalaba.
En el trayecto, que estaba balizado por la organización, Camarero pudo contemplar esqueletos de camellos y también sufrió en sus carnes, aunque sin consecuencias, una tormenta de arena: "No hubo demasiado peligro --aseguraba--. Era como rodar en un día con niebla aunque con la molestia de tener arena metiéndose entre las gafas. Sucedió en la etapa entre Efhu y Kom Ombo y ese día estaba muy cansado. Por eso, lo único que hice fue pedalear mientras rezaba para que suspendieran la etapa".
El calor seco, algún día con 42 grados de temperatura, la arena y una mochila con tres litros de agua, no fueron los únicos compañeros de los ciclistas al remontar el Nilo, ya que la prueba contó con una férrea escolta militar. "Era un agobio, como estar aislado. Tenían la obsesión de proteger al turista. De hecho, ninguna salida se tomó desde un pueblo y una de las etapas fue en un circuito en el que había un militar cada cincuenta metros, aunque lo normal era que en carrera hubiera un convoy delante y otro al final del pelotón", explicaba Camarero, que se mostró "muy contento" y dispuesto a "repetir".
Pero la última anédocta le esperaba a Camarero ya en España y es que su bicicleta, aún sigue extraviada, junto con las de otros corredores, tras el viaje de avión.

2 comentarios:

  1. hola queria saber que me contaras cosas del nilo

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  2. Hola. Que es lo que quieres saber del Egipto. Yo estuve metido en competición todo el dia. Por lo que apenas tuve que buscarme la vida con la gente de alli.

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