Muchas veces en charlas con amigos sale el tema del doping. Y al final de estas siempre acabo diciendo lo mismo. El que corre los 100m lisos no intenta salir unas decimas antes del disparo.El delantero que juega a futbol no simula una falta en el el area del contrario. Al hacer la declaracion de la renta no intentamos todas las trampillas para que no salga favorable. En las carreras de motos y F1 siempre se estan probando piezas nuevas al limite de la legalidad o del peso. Vamos, que las trampas mas grandes o mas pequeñas existen en cualquier deporte y por supuesto en la vida. No por eso las personas , los deportistas son delincuentes. Los medios y las federaciones se ceban sobre el ciclismo pero a ningun directivo le pareceria bien que la vispera de un Barsa-Realmadrid se despertase a los jugadores a las 6:00 AM para hacerles unas extracciones de sangre. Ni que tuviesen que indicar a diario donde van a estar la semana que viene. Y motivos nos han dado de sobra. Guardiola dio pos por NANDROLONA Y Gurpegui por no se que EPO.
Gasol se puso fuerte nada mas pisar la NBA, que curioso. Ni que en Barcelona no hubiese gimnasios. hablando de la NBA esuna federacion privada y no deportiva se permite de todo Cannabis, Coca , etc. Eso si les permiten ir a los juegos Olimpicos sin someterles a ningun tipo de control. Como dan espectaculo el COI hace la vista gorda y no los contola.
Que nadie se equivoque YO NO APRUEBO EL DOPAJE. Pero si la cafeina es un conocido vasodilatador y estimula la frecuencia, cardiaca es decir favorece el rendimiento deportivo. Yo tomaré cafeina. Y si los valores permitidos son de 100, yo tomare 99.
Y asi con todo y en la medida de que hablamos de deportistas profesionales con mas razon y a mas nivel. Eso si sin entrar en sustancias ni niveles prohibidos.
aqui os dejo una recopilacion....
La sombra de los campeones
(Breve historia del dopaje)
por Blas López-Angulo
Sin Alpe D'Huez, sin la crono final el Sastre humilde hubiera ocupado también un plano secundario en las sospechas que especialmente en el ciclismo arrojan las gestas de los campeones. Hasta ahora sus démarrages estaban marcados por los límites muy humanos de sus condiciones. Que no eran las de un líder sino las de un buen ciclista que se ha rebelado hasta el final a morir como gregario. Sus protestas por sus fracasos veían conspiraciones en los intereses naturalmente antagónicos de los demás equipos y corredores hacia él. Por fin, ha tenido su ocasión: el mejor equipo con un Cancellara irrepetible para portarlo y lanzarlo hasta la montaña decisiva, y por supuesto, la experiencia y convicción superior a la del resto, que se limitaron sin quererlo ¡a conspirar a su favor!, durante la feliz ascensión del eterno español cabreado, al que como a otros compatriotas, también ha llegado su hora en esta época dorada del deporte español.
No es la primera vez que desde esta columna aprovecho la vanalidad estival para ocuparme (¿en serio?) del deporte. ¿Por qué he de justificarlo? ¿Es que nadie ve la tele y menos deporte? ¿No es el Marca el periódico más leído en España? (1 y 2) Yo he andado en bici desde bien crío, he respondido Merckx ante los que me llamaban Ocaña, he sangrado abundamente descendiendo cuestas y montes. Y ahora sangro porque Merckx y todos los campeones hacían trampas. Mirando la lista de vencedores del Tour afirmaría que todos lo han hecho. Me costaría más defender la limpieza de aquel que quisierais postularme.
Lo cual me mueve a algunas reflexiones que tienen que ver más con la hipocresía o en definitiva con la naturaleza humana.
Los llamados tiempos heroicos sólo pueden ser contemplados con ironía y con la indulgencia o nostalgia del tiempo pasado. Su conocimiento nos llevaría a sorpresas que aquí sólo puedo apuntar. No deja de ser significativo que en la incompletísima bibliografía ciclista nacional para nada se traten estos aspectos y que tampoco abunden sobre el deporte en general (3).
Hasta la década de los 60 no se persiguió el doping, a pesar de ser una práctica inveterada. En la época moderna, el primer caso demostrado se remonta a 1865 en Ámsterdam: se trataba de nadadores. Cien años más tarde las marcas logradas en la prueba de 100 metros en atletismo nos remiten a la profesionalizació
n del doping con el uso de hormonas para el crecimiento y de los corticoides. En los 80 se sube el listón gracias a nuevas hormonas, anabolizantes y productos enmascarantes indetectables. La EPO (eritropoyetina) arrasa a primeros de los noventa en el ciclismo italiano con victorias continuas en los inicios de temporada.
Tuvo que morir Knud Enemark Jensen en los juegos de Roma del 60 para que la federación internacional de ciclismo efectuase controles oficiosos a los ciclistas seleccionados para las Olimpiadas siguientes en Tokio. Los resultados no se divulgaron, pero en México 1968, el COI (Comité Olímpico Internacional) los controles pasan a ser oficiales y en 1989 sin aviso previo. En las encuestas sobre sexualidad el porcentaje de mujeres que confiesan masturbarse es más bien bajo (desconozco si ha variado últimamente), lo que según los más avezados analistas demuestra el alto número de mujeres que mienten es este terreno. El escaso número de positivos detectados muestran ante todo los límites de la lucha antidopaje y las enormes posibilidades de las sustancias enmascarantes.
Hoy en día, solo un seguimiento continuado y sorpresivo en los mejores laboratorios permite advertir parámetros anormales en la fisiología de los deportistas. Se explica de este modo, porque Francia desde el Ministerio de Sanidad y con severas leyes penales encabeza la caza de los sospechosos y el Tour ha visto descabezado -si se me permite la humorada- el podium de sus últimos vencedores. Más como citaba años atrás, habría que preguntarse, como lo hacia el eterno segundón Poulidor, ¿por qué no remontarnos hasta 1903? Es decir, hasta el primer vencedor de tan legendaria carrera.
Nos plantearía serios problemas legales indagar sobre aquellos gigantes, "forzados de la ruta". Por ejemplo, en 1886 se lanza en Francia una bebida familiar con extractos de coca: "Le vin Mariani fortifiant des familles". Contiene un 10% de tintura. La dosis aconsejada es un vaso de Burdeos después de las comidas como calmante y reconstituyente. Hasta 1910 en que para lamento de las familias fortalecidas la legislación lo prohíbe. ¿Habría que preguntar a Garin, Cornet, Trosselier, Pottier, P. Breton, Faber y Lapize, todos ellos amantes del vino de Burdeos, por su consumo? ¿O preferían directamente la heroína y la cocaína mezclada con la cafeína? Los entrenadores de la vieja escuela aseguraban que este alimento para sus potros, agotados tras una carrera de 6 días, los hacía renacer. Antes de la primera guerra mundial la coca circulaba por muchos aseos de las boîtes de Montmartre, Champs- Elysées, Montparnasse y el Quartier Latin.
Superadas las restricciones de la guerra la "nieve" se extiende desde los diputados de la Asamblea Nacional a no menos de 100.000 franceses.
El famoso reportero del Petit Parisien Albert Londres que acuñó el término "forçats de la route" conoció el ciclismo por dentro de la mano de Henri Pelissier tras su abandono en el Tour de 1924 en que el padrón Desgrangres amenazaba con sancionarle gravemente: los hermanos Pelissier, casi un equipo por si solos (Henri, Francis, Charles y Jean), de hecho los más temidos, eran como la mayoria farmacias ambulantes. Por cierto, ese Tour lo ganó un humide albañil, Ottavio Bottecchia, de 30 años, inédito en su país donde ni siquiera tenía equipo. Adoptado por el clan Pelissier ganó también l año siguiente. Apenas llegado al ciclismo, aunque portaba una medalla de bronce por méritos como bersagliere durante la Gran Guerra, ¿a qué no estaría dispuesto para sobrevivir y de paso ¡triunfar! este emigrante friulano?
Por el 1948 un médico, Maurice Boygey, en su obra L'entraînement abordaba entre los medios utilizados para aumentar el rendimiento físico la cocaína. Traduzco: "…es eficaz contra la sensación de fatiga; puede, por sí misma, mejorar la capacidad funcional en el curso de esfuerzos de larga duración. Sin embargo, este medio para suprimir la sensación de fatiga (la cual constituye normalmente una especie de alarma necesaria) no es ciertamente inofensivo."
Un hecho de sucesos más propiamente podría haber marcado un giro en esta historia: fue la muerte de Tom Simpson el 13 de julio de 1967 sobre las piedras del Mont Ventoux, el "sentinelle" de la Provenza, cantado por Plutarco y Mistral. La autopsia revela la presencia de anfetaminas en su organismo. Dos años antes, una ley antidopage provocó la huelga simbólica de los corredores del Tour.
Dos meses después de la tragedia del Ventoux, Anquetil se niega a someterse a un control antidopage que juzga vejatorio. La UCI no homologa su récord de la hora. Los controles se generalizan y los más grandes ases del ciclismo son alcanzados. En el Giro del 69, Merckx es expulsado y suspendido por un mes. El lío es tan monumental y los intereses tan revueltos que 4 semanas después está en la salida listo para ganar su primer Tour de France.
Ese mismo año Rick van Steenbergen, antiguo campeón del mundo es pillado con una barra de opio de 10 kilos, lo que no sorprendió a nadie, pues llevaba meses con una cura de desintoxicación.
En 1971 en el New York Times, programa de lucha anti-droga: "No es un secreto para nadie: los jugadores de beísbol americano hacen un uso inmoderado de productos dopantes, especialmente de la marihuana, anfetaminas y estimulantes a partir de la bencedrina".
En 1975 Eric de Vlaeminck, heptacampeón del mundo de ciclo-ross sufre una cura de desintoxicación en un centro psiquiátrico. Más pasto para la crónica de sucesos. Había tomado demasiadas píldoras milagro.
El Tour de 1977 conoce 6 positivos, entre ellos Ocaña y Zoetemelk. Un caso digno de mención por lo cómico se da en Alpe D'huez '78. El vencedor Michel Pollentier portaba una pera debajo de su maillot con orina de su mujer: no dio positivo, o sí, ¡de embarazo! Y tanto que lo enviaron a reposar "chez lui", a su casa.
Al menos su situación embarazosa calmó un poco los ánimos. Y en esto llegó la EPO e incendió las cabezas y las piernas de gloria. Para evitar mayor prolijidad me remito a mis anteriores artículos en que incluyo una selectiva lista de positivos por lo egregio de sus componentes.
Depresiones, drogas, Pantani, el Chava Jiménez, escaladores de un físico descomunal caídos. Mucho antes Pottier se suicidó al año de ganar el Tour. El "gran señor", aunque de intratable carácter, según Désgranges, Henri Pelissier, a los 46 años disparó contra sí su revolver.Y muchas otras muertes prematuras.
Resumiendo, he perdido la cuenta de cuantas bombas han sido tomadas po los ciclistas a lo largo de más de 100 años. Cada nuevo cóctel es bautizado irremisimiblemente como la nueva bomba.
Personalmente, no me ha gustado competir, atravesar una montaña ya es bastante comunicación con ella como para conocer tus virtudes. Entiendo por tanto que la competición degenere tanto más en trampas que sacrificios. Se tuvieron que suprimir las etapas nocturnas porque algunos preferían hacerlas en tren y bajarse convenientemente, una vez estudiados los horarios previstos de llegada, lo más cerca posible de la meta.
Y bueno, sí que eran heroicos, pero la deportividad brillaba por su ausencia. Garin confiaba ganar su segundo Tour, que además era el segundo de su iniciada historia "si no soy asesinado antes de llegar a Paris". Llegó y venció, mas fue descalificado y con él los cuatro primeros por sembrar de clavos la carrera. Ganó un joven de 20 años con más de 6 horas de retraso.
¿A que no era tan diferente el Tour hace 100 años?
Notas:
(1) En fin, malos tiempos para el análisis y los aguafiestas como yo. No hay más razón que España, si los españoles no vencen vete a encontrar la información ciclista allá por un rincón de la página 23, si además somos la fea noticia del doping, descalifiquemos el ciclismo y cerremos la página 23; pero si un español gana, doble página de portada, no todo va a ser Real Madrid.
(2) En el archivo de mi sección pueden verse: en el primer verano de este blog "¿Vuelven los tiempos heroicos del deporte? (L'affaire Armstrong)" y el último, "Futbolópolis o la ciudad de los tramposos"
(3) En una de las principales librerías de Madrid buscando libros sobre el doping, el único hallado es éste: Anabolizantes, estimulantes y calmantes en la práctica deportiva de Cynthia Kuhn, Scott Swartzwelder y Wilkie Wilson.
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