Aquí estábamos en la mismísima Raca de Astun, pero esta vez habíamos subido por nuestros propios medios pedaleando.
Una gran aventura para los chicos, acostumbrados a ver la estación de Astun siempre nevada. El poder remontar desde Rioseta hasta la mismísima Raca fue todo un reto a la que el día fresco colaboró. Luego la bajada, como siempre muy visual pero sin especial dificultad ni peligro para los críos. Que flipaban con las vistas de Candanchu y el poder recorrer esas laderas por tan estrecho sendero y acabar abajo del todo en la misma carretera.
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